lunes, 7 de julio de 2014

El verano de nuestras vidas (Crítica de 'The Kings of Summer')


¿Quién no ha soñado de niño (y de no tan niño) con abandonar todo: el colegio, los padres... e irse a vivir a una cabaña en el medio del bosque, con sus amigos? Pasarse el día entero al sol, en el río, jugando y haciendo lo que quieras, sin nadie que te de órdenes; sin obligaciones. Son las vacaciones soñadas de todo adolescente rebelde, de toda persona en esa etapa de transición en la que buscas más y más libertad. Y aquí, Joe, es el más rebelde de los adolescentes hormonados. Pues esta es la idea principal de la película de la que os quiero hablar hoy, 'The Kings of Summer'.

No sé si es por las buenas críticas que la película recibió en el festival de Sundance del año pasado o porque el verano ha llegado,- probablemente más esto último- pero ayer me apeteció ver esta película. Si tuviera que describirla con una palabra, sería: nostalgia.


'The Kings of Summer' es, ni más ni menos, que la realización de una fantasía, prácticamente imposible, que todos tuvimos en nuestra adolescencia. El debut de Jordan Vogt-Roberts como director nos cuenta la historia de Joe (Nick Robinson), un adolescente que tras la muerte de su madre no consigue relacionarse con su reservado padre. El día a día está lleno de discusiones y nunca acaban bien. Cierto día, harto de la situación, decide que es hora de independizarse y que la mejor solución (pobre, no le pidáis más, no hay nada más complicado que la mente de un "teenager") es hacer una cabaña en el bosque, donde vivir sin más preocupación que el presente.


Cuando le plantea la idea a su mejor amigo, Patrick, que tiene más cabeza que Joe, le hace ver todos los problemas de querer hacer por su cuenta una casa en el medio de la nada y de hecho, en un primer momento, rechaza la idea. Sin embargo, de nuevo en su casa, con sus padres (que son bien raritos y cansinos) Patrick decide darle una oportunidad a la loca e irrealizable idea de su amigo. Comienza así el plan para construir una casa en el bosque, lejos de todo y de todos. Cada día van un tiempo al lugar y con las herramientas del padre de Joe y con las piezas que "toman prestadas" de las casas en construcción de la zona, consiguen realizar una cabaña más o menos habitable. Es la historia de tres amigos que lo dejan todo (a Joe y Patrick se les une el extravagante Biaggio, al que conocieron en una fiesta y que se ha vuelto su sombra) para vivir de forma independiente en la naturaleza.


No es una peliculaza, pero es bonita y en cierta forma entrañable. Además tiene momentazos, sobre todo cuando intentan cazar animales para comer y cuando los tres se divierten en el medio del bosque. La música banda sonora acompaña muy bien a la historia y recuerda en muchos casos a la típica de las películas de Danny Boyle, que convierte ciertas escenas en videoclips, con una música con efecto envolvente. La fotografía del lugar también tiene su protagonismo, con unas localizaciones paradisíacas.




Los personajes están exagerados hasta la saciedad, especialmente los padres de Patrick (Gabriel Basso), los policías que buscan a los jóvenes "desaparecidos" y Biaggio (Moises Arias), el personaje que más sonrisas llega a arrancar al espectador. Los problemas de los adolescentes son los que hemos visto mil veces, problemas con compañeros de colegio, con la novia del padre recién divorciado, problemas del corazón, con el típico chico colado por una chica que sale con otro… Lo realmente original es lo que viene después, cuando los tres protagonistas comienzan la aventura que supondrá, sin lugar a dudas, el verano de sus vidas. 


No es el peliculón del año, ni mucho menos (como he leído por ahí), pero si es bonita, nostálgica y te devuelve a esa sensación de los 15 años, cuando lo quieres todo y lo quieres ya. Es una película perfecta para el verano.

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